jueves, 22 de noviembre de 2018

EL RAMO DE IRENE - PRESERVADO-



Me alegré un montón cuando Irene me dijo que al fin se casaba. 
A ella la conocí antes de que conociera a Juan Carlos.
Ella, al poco de conocerle sabía que era él, porque se le salía por los poros la felicidad y desde bien pronto, uno de los sueños de la pareja era poder casarse. 


Irene es una persona que sabe lo que quiere pero que sabe escuchar y se deja aconsejar. Algo genial, porque te da las pautas para trabajar, pero a la vez te da mucha confianza. 
Además, dice mucho de ella un montón de detalles que reflejan sus elecciones en su boda. 


Por ejemplo, uno de ellos es el camafeo que lució en su ramo de novia, para llevar las fotos de sus abuelos o la idea de que su ramo fuera preservado para poder regalárselo a su madre y se conservara. 
La tiara, es la misma que llevó su madre el día de su boda.


Eligió el ramo antes que los zapatos, porque el ramo para ella estaba en lo alto de su lista de prioridades. 


El color morado, toda una sorpresa, que lo eligió ella, yo la aconsejé que, bajo mi punto de vista, no recargara, y que su ramo fuera mejor de un solo color y de un solo color según vi su vestido.  
Y la elección fue esa, morado, a lo que añadimos unos toques de Paniculata blanca para darle luminosidad al ramo.


El color fue un acierto, ella iba guapísima porque la sienta muy bien y además, la pega muchísimo, a ella, a su estilo y su forma de ser. 
Y la historia de su vestido, un puntazo también.


No pudo ser más original, sencillo y con personalidad, cargado de detalles emotivos y sorprendente.
Una sorpresa muy agradable y un acierto, Irene.

¡¡Os deseo que seáis muy felices!!
¡¡Muchísimas felicidades y mi más sentida enhorabuena a Irene y Juan Carlos!!
:-)

Hasta la próxima entrada.


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