Digamos que esta entrada de hoy tiene una parte de valentía pero también tiene otra parte más tierna y emotiva.
De modo algo inconsciente, a la que estoy ahora enfrente de esta "página en blanco" vienen a mi cabeza esos comentarios de "es muy bonito, pero no es para mí" y así es, porque de eso se trata, de que sea o no sea para tí.
Y para Rebeca era el ramo, su ramo, ya no solo porque reúne las características para ponerse un rojo, sino que además es un color que la favorece muchísimo.
Y porque su madre desde alguna parte del cielo, desde alguna estrella, vería que su hija se casaba con un ramo rojo, como ella lo hizo.
Independiente de la parte emotiva, me pareció una decisión muy acertada.
Algo así como actuar con la cabeza y pensar con el corazón.
La receta del ramo, por compararlo a la gastronomía, era muy sencilla.
Teníamos el ingrediente principal, las rosas Austin, de la variedad Tess, rojas, es muy curioso el efecto de la luz sobre ellas, parecen de terciopelo completamente con luz artificial.
Y teníamos el otro ingrediente, la falsa pimienta.
Ésa era la receta original elegida por Rebeca (a partir de ahora Becka) a lo que yo añadí eucalipto"populus", para mi gusto acompañaba el efecto airoso de la falsa pimienta, y unas tiras de rafia plateada.
El por qué del color plata era ni más ni menos que el postre (el ramo) debía resultar acorde con el resto de platos (complementos) de la boda, el vestido y los zapatos de color gris con brillantes, que hacían un efecto color plata a la lejanía.
Ahí tenéis los zapatos y distintas vistas del ramo.
Teníamos el ingrediente principal, las rosas Austin, de la variedad Tess, rojas, es muy curioso el efecto de la luz sobre ellas, parecen de terciopelo completamente con luz artificial.
Y teníamos el otro ingrediente, la falsa pimienta.
Ésa era la receta original elegida por Rebeca (a partir de ahora Becka) a lo que yo añadí eucalipto"populus", para mi gusto acompañaba el efecto airoso de la falsa pimienta, y unas tiras de rafia plateada.
El por qué del color plata era ni más ni menos que el postre (el ramo) debía resultar acorde con el resto de platos (complementos) de la boda, el vestido y los zapatos de color gris con brillantes, que hacían un efecto color plata a la lejanía.
Ahí tenéis los zapatos y distintas vistas del ramo.
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| Los prendidos del novio y del padrino |
Por otro lado, me gustaría comentaros que la sencillez de la receta hace de ella que a la vez se pueda volver difícil, me explico, cuando trabajas con un solo elemento, si aciertas, aciertas 100%, pero si fallas no hay mucho más donde focalizar la vista. Cosa que a veces con los ramos muy barrocos pueden resultar en ese aspecto más versátiles y dan lugar a poder usar más la imaginación.Y luego están los pequeños detalles del postre, del ramo, como es la empuñadura, digamos que es la guinda del pastel, el sirope, la ramita de hierbabuena o el topping de chocolate.
Ahí la chef me dio manga ancha, tenía varias opciones pero la elegida al final fue un bordado precioso que encontré de color gris sobre tul blanco, aprovechando la forma añadí unos alfileres color gris plata. Salí muy contenta con el resultado porque combinaba perfectamente con el vestido y no robó el protagonismo a las rosas.
El efecto perfecto que quería encontrar con el encaje y el estilo boho del vestido.
Y con esto y un bizcocho, doy terminada la temporada de bodas, a falta de sorpresas de última hora, con lo que próximamente haré un resumen de mis diseños "oficiales" y más adelante, subiré algunos diseños de práctica más.
Les deseo a Becka y a su marido mucha felicidad y mi más sentida enhorabuena.
¡¡Hasta la próxima!!
